Hace más de cincuenta y seis años y con un total de doscientos hectáresas, aproximadamente, comenzó a tomar forma un lugar más que singular en la zona de Ezeiza. Al principio se trataba de una comunidad de ingleses o anglo-argentinos. Los primeros ingleses trabajaban en los ferrocarriles y tenían su campo de golf al otro lado de la estación, en aquel entonces denominada Parada Links. El Banco Hipotecario comienza luego un loteo de terrenos amplios y son los ingleses los primeros en adquirirlos y construir sus casas de descanso.
Hoy en día la población se ha diversificado y eso trajo beneficios como el alumbrado público, el gas natural, y el asfalto.
Desde hace alrededor de veintiséis años funciona la Sociedad de Fomento que cuenta con un predio deportivo donde se organizan actividades sociales y culturales, además de distintas acciones en pos del avance de este paraíso en la tierra. Posee un restaurante propio con especialidades caseras y una biblioteca con más de 3.000 ejemplares.
Pero lo más importante es el hecho de contar con móviles de vigilancia propia que trabajan durante las 24hs, todos los días del año.
El Barrio Parque El Trébol está poblado de árboles añosos y variedad de plantas elegidas, en su forma y tonalidad, para lograr un conjunto vistoso y de gran armonía.
Nada falta a su disposición urbanistica: en la avenida El Trébol hay una recova que acoge a los pequeños negocios que componen su centro de compras.
Schuster y El Trébol
Evaldo Schuster llegó al barrio en el año ’51, cuando el centro del mismo se encontraba en construcción, se edificaban los primeros locales y habia muy pocas casas. Schuster fue uno de los pioneros del barrio; instalándose con su constructora cuando El Trébol daba sus primeros pasos.
Pero su historia no comenzó ese año, cuando arribó a Ezeiza. Hasta entonces vivía en Misiones con su familia, y tuvieron que mudarse a Buenos Aires, por varios motivos, uno de ellos era que no había una escuela para constructores, ni siquiera había colegios secundarios. Desde su infancia había soñado con transformarse en constructor, ser el verdadero protagonista de las obras. Por eso para él mudarse a Buenos Aires no representó un problema y se adoptó fácilmente al barrio y al cambio de clima.
Desde su primer momento, El Tréblol presentó características propias, quizás atipicas para los tiempos de progreso que se tejían a mediados del siglo. En sus orígenes las autoridades habían decidido que fuera un barrio residencial con un único centro comercial y si la posibilidad de instalar fábricas o depósitos en la zona.
El barrio demoró mucho en poblarse. Durante los primeros años, la gente compraba el terreno y construía grandes casas quintas. Nunca hubo una cantidad constante de vecinos. Generalmente las familias adquirian propiedades para disfrutar los fines de semana o distenderse en las vacaciones y cuando los hijos crecían las vendían y posteriormente llegaba otra familia.
En 1960, Schuster tenía 28 años y decidió abrir su propio negocio. Compró el local en el centro comercial y comenzó a trabajar en la construcción. Gran parte de este Barrio Parque lo hizo él mismo.
El cambio más importante que se produjo a lo largo de los últimos años, es que ahora la mayoría de las familias viven de manera permanente en El Trébol y son menos los que vienen a pasar el fin de semana.
Los invitamos a conocer este lugar único, su forma de vida y su gente. Quizás usted también, sienta la necesidad de cambiar de vida.